Cuando se diseña una instalación fotovoltaica se tiene en cuenta el consumo de energía que figura en la factura eléctrica y el espacio disponible en la cubierta para poner módulos fotovoltaicos, son las dos variables necesarias para justificar la inversión en una instalación fotovoltaica.
Si no hay un consumo suficiente o no tenemos la superficie necesaria para generar la energía con la que obtener un mínimo ahorro de dicho consumo, no realizaremos la instalación. Muchos pensaran que cuanta más superficie tengamos, más módulos cabrán y más ahorro se obtendrá; pero eso no es del todo cierto.
El diseño de la instalación
En principio, es fácil hacer un cálculo del número de paneles, con una determinada potencia pico (Wp), que necesitamos para obtener un porcentaje de ahorro en nuestro consumo. Sin embargo, ese autoconsumo dependerá de la ubicación de la cubierta, su orientación y la inclinación de los paneles; variables con las que obtendremos un valor de radiación solar incidente, vatios por metro cuadrado (W/m2), que afectará a la producción y rendimiento de la instalación fotovoltaica.
El número de paneles que caben en la cubierta, el campo generador, nos determinará la potencia nominal de la instalación; correspondiente al inversor que tendremos que seleccionar y que, normalmente, se establece de una potencia un 10% superior a la potencia pico del campo generador.
En instalaciones con un alto número de paneles fotovoltaicos, en lugar de conectarlos todos a un único inversor, es preferible dividir el campo generador en varias zonas conectando éstas a distintos inversores, dividiendo la potencia de la instalación en varios inversores de menor potencia nominal. Esta práctica impide que en caso de avería o desconexión de un inversor por mantenimiento los paneles fotovoltaicos conectados a los otros inversores siguen generando energía eléctrica.
El presupuesto del suministro de materiales e instalación
Una vez que tenemos el número de paneles fotovoltaicos y el inversor necesario; en función del tipo de cubierta tendremos que tener en cuenta la estructura soporte de los módulos y el sistema de fijación. No será lo mismo una estructura triangular inclinada sobre una cubierta plana que una perfilaría longitudinal dispuesta de forma coplanar sobre una cubierta inclinada.
El resto de instalación, cableado, protecciones, analizadores, etc. son elementos comunes. Por tanto, el coste de los materiales, a simple vista, es fácil de calcular.
Por otra parte, hay que tener en cuenta el coste de mano de obra necesaria para montar la instalación y hacer su puesta en marcha. El coste de montaje es muy variable y no depende de la potencia nominal de la instalación. Un instalador pueda ganar más o menos dinero, e incluso perder, si durante el montaje surge cualquier inconveniente no previsto.
La ubicación de la cubierta y su altura influirán en los medios de elevación requeridos y el tiempo necesario para subir todo el material sobre ésta.
El tipo de cubierta determina el tipo de estructura soporte de los módulos fotovoltaicos. No será lo mismo trabajar cómodamente en una cubierta plana que en una cubierta inclinada, donde los riesgos existentes obligan a mantener y asegurar en todo momento las medidas de protección y seguridad necesarias tanto para los trabajadores como para el material.
La disposición de cableados, tanto de la conexión eléctrica de los equipos como la conexión de comunicación del inversor para el control y monitorización de la instalación, es muy importante. Se debe conocer con antelación la ubicación del cuadro general; así como la del router o la conexión más cercana a internet aunque muchos inversores puedan acceder a una red wifi para su monitorización. El tendido oculto y ordenado de dichas canalizaciones suele requerir un tiempo extra que hay que prever; siendo, además, que suele ser un aspecto al que el cliente le da una gran importancia.
Todos estos aspectos deben ser conocidos y previstos con anterioridad para la elaboración del presupuesto de una instalación fotovoltaica.
El ahorro en la factura eléctrica
No nos equivoquemos, con el autoconsumo se hacen estimaciones de ahorro en base a un porcentaje pero hay que saber si esa reducción se refiere al coste de la factura eléctrica o a la energía consumida.
De los diferentes conceptos de la factura eléctrica por los que nos cobra la empresa comercializadora en nuestro suministro eléctrico, el autoconsumo sólo se refiere a la energía consumida. No vamos a poder reducir la potencia contratada, salvo que se realicen mejoras de eficiencia energética o renovación de receptores con menor consumo; siendo que en caso de ausencia de radiación solar o avería de la instalación, tendremos que realizar todo el consumo de la red de distribución exterior.
En cualquier caso, el cálculo del ahorro tiene que tener en cuenta que hay pérdidas en la producción, como en las instalaciones que pueden recibir sombras a lo largo del día; o las debidas al aumento de la temperatura y la baja irradiancia. Todas las instalaciones tienen pérdidas por la propia instalación (cableados, conexiones, etc.) y por la degradación por envejecimiento de los módulos fotovoltaicos con el paso del tiempo.
La rentabilidad de la inversión
Una vez calculado el coste de la instalación proyectada se realiza un estudio del ahorro económico previsto; con el valor actual neto de la inversión requerida (VAN), teniendo en cuenta los ahorros esperados; la tasa interna de rentabilidad (TIR), cuando estos ahorros se igualan a la inversión; y el periodo de retorno (PAYBACK).
La rentabilidad obtenida depende de dos factores: La inversión que hemos determinado con el presupuesto de la instalación y el ahorro que hemos previsto en función del campo generador, tipo y número de paneles fotovoltaicos; y en cuyo rendimiento, como se ha comentado, influye no solo la ubicación de la instalación sino la orientación e inclinación de los paneles.
Por tanto, un presupuesto inferior con un ahorro optimista siempre tendrá una rentabilidad mayor que un presupuesto más elevado con un ahorro más conservador. Esta realidad lleva a que, en la práctica más habitual, se oferten instalaciones muy económicas con la expectativa de un gran ahorro en la factura eléctrica. Todo ello es un error; tenemos que desconfiar de presupuestos baratos y de grandes ahorros porque la vida útil que se le presume a una instalación fotovoltaica es de más de 20 años y si nos equivocamos instalando un material de poca calidad no solo no llegaremos a obtener el ahorro y el retorno de la inversión en el tiempo previsto, sino que pasados unos pocos años la producción de esa instalación será mínima respecto a lo que se esperaba de ella.
La calidad del panel fotovoltaico tiene su precio
Actualmente existe una amplia oferta de paneles fotovoltaicos de distintos materiales y fabricantes, situación que favorece la competitividad y provoca una reducción de precios. Circunstancia que, además de los paneles fotovoltaicos, afecta a cualquier otro producto que cada año introduce nuevas mejoras tecnológicas como los televisores, los móviles, los ordenadores, etc. Estos productos se ofertan en multitud de marcas y modelos con diferentes precios de acuerdo a la gama de producto.
No son comparables dos presupuestos de una instalación en el que los paneles son de distinta gama. Como se ha indicado, una reducción en el coste de los materiales aumenta la rentabilidad de la inversión y presenta un ahorro engañoso por cuanto las condiciones de la instalación no se van a mantener en el tiempo.
El cliente puede y debe decidir la adquisición e instalación de un modelo de panel u otro pero siempre disponiendo y entendiendo toda la información relativa a cada una de las opciones planteadas; así como sabiendo de antemano las consecuencias que dicha decisión conlleva; sobre todo cuando el ahorro por autoconsumo y el retorno de la inversión se fija en un corto plazo inferior a la vida útil del panel.
Usos y costumbres en el consumo eléctrico
En GESTIÓN DE TECNOLOGÍAS Y ENERGÍAS RENOVABLES nuestro trabajo no termina con la puesta en funcionamiento de la instalación fotovoltaica.
Con la monitorización del autoconsumo, durante varias semanas después de la puesta en servicio de la instalación y haciendo un seguimiento de las condiciones meteorológicas, analizamos el consumo horario en base al día de la semana y la actividad realizada, referida a la puesta en marcha de los dispositivos o receptores de energía que identificaremos cuando se produzca el consumo desde su encendido y hasta su apagado.
Observaremos si existe un consumo mínimo constante que habrá que identificar; y, si es posible, reducir picos provenientes, normalmente, del arranque del motor de instalaciones como bombeos, calefacción, ventilación, etc.; así como dispositivos con resistencias eléctricas como un calentador.
Conscientes de necesidad de ahorro para recuperar la inversión realizada GESTIÓN DE TECNOLOGÍAS Y ENERGÍAS RENOVABLES asesorará y recomendará la puesta en marcha y el funcionamiento de todo receptor eléctrico en horario diurno, de forma que el consumo coincida con la producción de energía de nuestra instalación fotovoltaica.
Si tiene alguna consulta o necesita más información no dude en ponerse en contacto con nosotros a través de nuestra web, vía correo electrónico o llamando directamente a los números de teléfono fijo 976 795 880 y móvil 646 782 374.